La investigación como tal es una actividad que se considera exclusiva de los laboratorios de grandes compañias, de prestigiosas universidades o de institutos especializados. Sin embargo, cada actividad que desarrolla un empleado de una institución pública o privada, con el tiempo, se traduce en una especialización. Para ello, sin embargo, es necesario incorporar alguna metodología científica en las solución de los diferentes problemas que por razón de competencia debe atender una determinada entidad. Los ensayos a nivel piloto, el seguimiento y la evaluación técnica de las soluciones para buscar su perfeccionamiento o la sustitución de las mismas por otras más sencillas y más eficaces brinda ese toque científico que se interpreta, en cierta forma, como investigación aplicada.