Vivimos en la era del desarrollo. Algunos analistas estiman que esa era se acerca a su fin. sin embargo, la autopía del desarrollo ha guiado, y aún orienta, el quehacer de políticos y técnicos a todos lo largo y ancho del Tercer Mundo desde los años cuarenta, cuando se le planteó a los países de esta vasta región que podían alcanzar y aspirar a los niveles de vida de los países industrializados.