El espacio urbano por lo regular ha sido considerado como un simple soporte para el emplazamiento de diversas actividades humanas, especialmente la industria, el comercio, la vivienda y los servicios; transformando el suelo en razón a su mayor provecho desde el punto de vista económico, y sólo en algunos casos, el espacio urbano es analizado como un recurso o sistema ecológico integrado por factores bióticos como el suelo, la temperatura, la altitud, el clima, entre otros, y abióticos que lo constituyen la vegetación, la fauna y la población humana.